Se acepta que los factores culturales desempeñan un papel en la psicogénesis y la expresión de la anorexia nerviosa. Entre los factores patogénicos asociados a este síndrome se encuentran las demandas de autonomía constreñidas por las características de la dinámica familiar, dependiendo de lo que una cultura sugiera en términos de crianza y relaciones con los adolescentes. Una revisión de datos transculturales recientes muestra un aumento significativo en el número de casos en países que se consideraban protegidos contra este síndrome. Una explicación podría ser la aparición de nuevas dinámicas sociales que posibilitan la emergencia de factores patógenos a los que son vulnerables los adolescentes, en particular las chicas. Al examinar la situación de una adolescente anoréxica de Marruecos, consideramos que este síndrome es una patología víncular que sólo se manifiesta si se acompaña de una situación familiar disfuncional y de ingredientes culturales desfavorables. Nuestra conclusión es que una interculturación mal gestionada puede aumentar los efectos del sufrimiento ligado a las transformaciones puberales que son tanto más difíciles de afrontar cuando la demanda de autonomía psicológica se ve contrariada por un vínculo materno excesivo.